Nuestra Historia
Viñedos, castillos y casas rurales en el sur de Francia
Nuestra visión
Al adquirir el Château Les Carrasses en 2008, nos encontramos con una finca que había permanecido abandonada durante muchos años. Desde el principio, nuestra intención fue transformarla en un destino vacacional personalizado: ofrecer vacaciones y escapadas que no limitaran a los huéspedes, permitiéndoles disfrutar de una experiencia a medida, lejos de los paquetes cerrados convencionales,
Al adquirir el Château Les Carrasses en 2008, nos encontramos con una finca que había permanecido abandonada durante muchos años. Desde el principio, nuestra intención fue transformarla en un destino vacacional personalizado: ofrecer vacaciones y escapadas que no limitaran a los huéspedes, permitiéndoles disfrutar de una experiencia a medida, lejos de los paquetes cerrados convencionales,
Nuestro concepto
Así como los mejores vinos franceses buscan reunir las mejores características de sus uvas, nuestro objetivo fue fusionar los elementos más destacados de las opciones tradicionales de alojamiento. Quisimos incorporar las instalaciones y el estilo de un hotel de gran calidad, la privacidad y el carácter práctico de una villa en alquiler, el encanto y la autenticidad de una finca vinícola en funcionamiento, y el ambiente relajado y los servicios de un club privado. Aunque es posible que no hayamos abarcado todos los aspectos de cada uno de estos elementos, hemos procurado incluir sus mejores partes y presentar la finca como un conjunto armonioso.
Así como los mejores vinos franceses buscan reunir las mejores características de sus uvas, nuestro objetivo fue fusionar los elementos más destacados de las opciones tradicionales de alojamiento. Quisimos incorporar las instalaciones y el estilo de un hotel de gran calidad, la privacidad y el carácter práctico de una villa en alquiler, el encanto y la autenticidad de una finca vinícola en funcionamiento, y el ambiente relajado y los servicios de un club privado. Aunque es posible que no hayamos abarcado todos los aspectos de cada uno de estos elementos, hemos procurado incluir sus mejores partes y presentar la finca como un conjunto armonioso.
Historia de la finca
En 1896, el Barón Cyprian de Crozals, heredero de una considerable fortuna generada por la producción de vino durante el auge a finales del siglo XIX, encomendó al renombrado arquitecto bordelés Louis-Michel Garros la restauración de una finca existente en St. Pierre de Serjac. Fue durante este proceso que se erigieron los edificios que hoy día perduran. La visión arquitectónica de Garros se materializó en un estilo ecléctico típico, consolidando así a St. Pierre como una de las fincas más destacadas de la región, con una producción anual de alrededor de un millón de litros de vino.
La propiedad del Château permaneció en manos de la familia de Crozals hasta 2011, cuando el Barón Paul de Chefdebien la vendió a Karl O’Hanlon y Laurent Bonfils, quienes buscaban una finca para renovar. La transformación del palacete y las estructuras circundantes llevó cinco años. La producción vinícola se trasladó a la moderna instalación en el cercano Domaine de Cibaies, y la finca renació, abriendo sus puertas al público en 2016.
Después de la renovación de los viñedos y la inversión en la bodega, la producción vinícola regresó en 2018, llevada a cabo por nuestros socios Vignobles Bonfils, una familia de vinicultores con una cartera de 17 propiedades galardonadas en la región de Languedoc.
En 1896, el Barón Cyprian de Crozals, heredero de una considerable fortuna generada por la producción de vino durante el auge a finales del siglo XIX, encomendó al renombrado arquitecto bordelés Louis-Michel Garros la restauración de una finca existente en St. Pierre de Serjac. Fue durante este proceso que se erigieron los edificios que hoy día perduran. La visión arquitectónica de Garros se materializó en un estilo ecléctico típico, consolidando así a St. Pierre como una de las fincas más destacadas de la región, con una producción anual de alrededor de un millón de litros de vino.
La propiedad del Château permaneció en manos de la familia de Crozals hasta 2011, cuando el Barón Paul de Chefdebien la vendió a Karl O’Hanlon y Laurent Bonfils, quienes buscaban una finca para renovar. La transformación del palacete y las estructuras circundantes llevó cinco años. La producción vinícola se trasladó a la moderna instalación en el cercano Domaine de Cibaies, y la finca renació, abriendo sus puertas al público en 2016.
Después de la renovación de los viñedos y la inversión en la bodega, la producción vinícola regresó en 2018, llevada a cabo por nuestros socios Vignobles Bonfils, una familia de vinicultores con una cartera de 17 propiedades galardonadas en la región de Languedoc.
Responsabilidad social corporativa
Consideramos crucial que nuestra finca sea una parte integral y contribuyente de la comunidad local de manera positiva. Damos prioridad a la contratación de personal local, a pesar de los desafíos potenciales que esto pueda plantear, como la posible limitación en el dominio de otros idiomas. Sin embargo, creemos que este enfoque vale la pena. No solo obtenemos el beneficio del rico conocimiento local sobre la finca, su historia y su entorno, sino que también generamos empleos a tiempo completo que enriquecen la economía local y brindan a los jóvenes locales la oportunidad de establecerse y formar familias en sus lugares de origen.
Además, nos esforzamos por crear un ambiente en la finca que sea abierto y acogedor tanto para los lugareños como para los huéspedes. Creemos firmemente que la diversidad, con una mezcla significativa de residentes locales, personas de otras regiones de Francia y huéspedes internacionales, es esencial para garantizar que todos nuestros visitantes disfruten de una experiencia excepcional. Esta filosofía no solo promueve un ambiente positivo en la finca, sino que también fortalece la conexión del Palacete con la comunidad. Confiamos en que nuestros huéspedes percibirán esta vibrante interacción con los locales, tanto en la finca como en los alrededores, durante su estancia.
Consideramos crucial que nuestra finca sea una parte integral y contribuyente de la comunidad local de manera positiva. Damos prioridad a la contratación de personal local, a pesar de los desafíos potenciales que esto pueda plantear, como la posible limitación en el dominio de otros idiomas. Sin embargo, creemos que este enfoque vale la pena. No solo obtenemos el beneficio del rico conocimiento local sobre la finca, su historia y su entorno, sino que también generamos empleos a tiempo completo que enriquecen la economía local y brindan a los jóvenes locales la oportunidad de establecerse y formar familias en sus lugares de origen.
Además, nos esforzamos por crear un ambiente en la finca que sea abierto y acogedor tanto para los lugareños como para los huéspedes. Creemos firmemente que la diversidad, con una mezcla significativa de residentes locales, personas de otras regiones de Francia y huéspedes internacionales, es esencial para garantizar que todos nuestros visitantes disfruten de una experiencia excepcional. Esta filosofía no solo promueve un ambiente positivo en la finca, sino que también fortalece la conexión del Palacete con la comunidad. Confiamos en que nuestros huéspedes percibirán esta vibrante interacción con los locales, tanto en la finca como en los alrededores, durante su estancia.
